En el artículo anterior ¿Qué es el aislamiento social? definíamos en qué consiste y analizábamos los componentes que lo causaban y mantenían. En esta ocasión hablaremos de cómo atajarlo.
A menudo una simple conversación agradable con un igual sobre un tema trivial nos hará sentir mejor. El poder de una risa compartida con otra persona es absolutamente recomendable y el grupo tiene unas características terapéuticas impresionantes. Por estos motivos, y lo señalado en los anteriores párrafos, el primer paso es identificar que se está aislado y que se tiene dificultades para salir. Este “insight” o toma de conciencia sobre nuestro estado nos hará comprometernos con el cambio (aunque esta sería otra fase diferente) y prepararnos para dar los siguientes pasos. Puede que sea un amigo, familiar o conocido o un médico el que nos aconseje que busquemos ayuda. Se ha demostrado que muchas personas que sufren aislamiento presentan un sesgo de interpretación negativa ante los estímulos neutros o ambiguos de las relaciones. De esta forma dejan de relacionarse con los demás, provocando lo mismo en los que le rodean.
Así como en otras problemáticas recomiendo haber probado cosas antes de acudir al psicólogo, en este caso es el primer paso a dar para el cambio. Tu psicólogo de confianza te ayudará a descubrir de qué está hecho tu aislamiento y las variables que lo mantienen a través de una exhaustiva evaluación. De esta forma no darás “palos de ciego” actuando sobre cosas que no tengan importancia.
Una vez realizada la valoración, comenzaréis juntos el viaje hacia el cambio empezando por el problema que mantenga de una forma más intensa el aislamiento. Se trabajarán las ideas y hábitos que el aislamiento haya generado, así como el manejo de la ansiedad que el propio tratamiento genere a través de las diversas exposiciones a entornos sociales acompañado del terapeuta u otros co-terapeutas. En este camino, seguramente habrá más especialistas (trabajadores sociales, psiquiatras, terapeutas ocupacionales, …) y habrá que buscar actividades gratificantes a través de las cuales coincidir con otras personas de intereses parecidos que favorezca la interacción social. Hoy en día también se pueden utilizar las redes sociales y las aplicaciones específicas para conocer gente, siempre y cuándo posteriormente se pase esa relación a la vida real, más allá de lo virtual. Se trabajará en la adquisición y el entrenamiento de las habilidades sociales y de gestión de conflictos si se detecta la necesidad.
En definitiva, se tratará de diseñar un tratamiento a medida de las necesidades de cada paciente para que se rompa de forma paulatina el aislamiento y con ello sus dañinos efectos. No dudes en ponerte en contacto con Dominguez Psicólogos si crees que padeces este tipo de aislamiento, hay todo un mundo esperándote ahí afuera.