La sociedad nos impone mensajes sobre la felicidad basados en la importancia de quererse a uno mismo, de tener una gran autoestima. En muchas ocasiones estos mensajes proceden de productos comerciales que generan gran confusión acerca del verdadero significado de la autoestima, ya que se basan en estereotipos que no conducen necesariamente a una sana autoestima. Cuantas veces nos transmiten mensajes como “si pierde X peso en un mes, se sentirá la mejor persona del mundo”, “tenga un millón de amigos en las redes sociales para triunfar”, etc…
Se trata de un error creer que todo el mundo podrá alimentar su autoestima de la misma forma, puesto que la autoestima no es otra cosa que conocerse a uno mismo, reconocer las cosas buenas y malas que tenemos, aceptar las que no podemos cambiar, tratar de cambiar las que sí y no nos gustan, y buscar aquellos objetivos que nos hagan sentir bien con nosotros mismos. En resumen, tener una sana autoestima es respetarse y ser fiel a uno mismo basándose en su propio criterio y no en el de los demás.
A continuación voy a exponer algunas normas básicas para preservar la autoestima:
- Vigila tu auto-diálogo y no te critiques. Si hay algo que no te gusta de ti mismo/a piensa si puedes cambiarlo. Si puedes, haz lo posible para cambiarlo. Reflexiona sobre por dónde empezarías y no pospongas poner en marcha tu plan. Si no puedes modificarlo, acéptalo y no te cuestiones más por ello.
Si has cometido algún error, trata de buscar su posible solución. Si no la tiene, déjalo atrás y acepta que puedes equivocarte.
2. Define y ten claros cuáles son tus valores, principios y necesidades. Trata de ser fiel a ellos, aunque no concuerden con lo que piensan los demás. Recuerda que no siempre vas a contentar a todo el mundo. Respeta tus ideas y las de otras personas.
Defiende tus ideas, pero no trates de convencer (expón tu punto de vista de forma tranquila, sin insistir, ni tratar de obtener la aprobación de la persona que tienes enfrente). Habla de cómo te sientes o cómo ves las cosas sin atacar al otro.
Si estás molesto/a por algo o con alguien, no es positivo que lo guardes dentro de ti. Es preferible mostrar el desacuerdo en el momento en el que se produce.
3. Fija tus propias metas. Piensa dónde quieres llegar y cómo lo harías, descomponiendo tu camino en pequeños pasos que puedas empezar a dar desde hoy mismo. No pienses en todo lo que te queda para llegar a tu meta. Únicamente debes centrarte en los pasos que das cada día y reforzarte por ello.
Si algún día fallas en el cumplimiento de tus metas, no te castigues. Comienza cada día como una oportunidad diferente para conseguir lo que te has propuesto con independencia de lo que hayas conseguido el día anterior.
4. Reconoce tus logros y dirígete a ti mismo/a de forma positiva. Es importante que seas consciente de lo que vas haciendo bien en el día a día (en las interacciones con los demás, en tu trabajo, etc.). Al final del día puedes escribir un diario de cosas positivas que te permita reconocer las cosas buenas que te han sucedido o que has hecho.
Si respetas estas normas, probablemente desarrolles una fuerte autoestima, pero si necesitas ayuda profesional para reforzar tu autoestima, no dudes en consultar a Tu psicólogo de confianza.