Cómo elogiar a los niños

En este artículo voy a escribir sobre cómo elogiar a los niños. La idea me surgió observando el comportamiento de los padres con respecto a sus hijos. Comprobé que a menudo les regañan y les dicen lo que han hecho mal, pero son menos las veces, que se paran a decirles lo bien que han hecho las cosas. Es como si dieran por hecho que los niños tienen que hacer las cosas bien a la primera y por arte de magia. Pero los niños – como todo el mundo-  necesitan ánimos y elogios para hacer bien las cosas. Continúa leyendo y te contaré cómo elogiar correctamente a los niños:

 

Resulta muy fácil centrase en el mal comportamiento y pasar por alto el buen comportamiento. En lugar de ello, sería conveniente identificar y personalizar el buen comportamiento, como por ejemplo: “me gusta mucho el dibujo que has hecho, es muy bonito”, “me has ayudado mucho a poner la mesa”, “gracias por ordenar tu habitación y colocar los juguetes en su cajón…”.

Mantenerse firme ante el comportamiento no deseado del niño es importante, pero hay que dejar bien claro que lo que no nos gusta es ese comportamiento determinado, no el niño, hay que valorar sus conductas, no su persona.

Hay dos tipos de elogios por ser y por hacer. El primero le dice al niño que se le valora por quién es. El segundo le comunica que lo que nos gusta es su comportamiento, que se esfuerce… Los niños necesitan elogios a diario de los dos tipos. Los niños demandan este tipo de información pues contribuye a un desarrollo correcto de su autoestima y les permite aumentar la seguridad en sí mismos.

Estas son unas breves pautas que espero os sirvan de ayuda sobre cómo elogiar:

Elogios y ánimos eficaces. ¿Cuándo y cómo elogiar? 

  • Elogia al niño cuando haya conseguido algo y no simplemente para que se sienta bien. Hay que intentar no elogiar al niño por la ley del mínimo esfuerzo, por ejemplo, no podemos decir a un niño de 7 años, que ha hecho dos rayas en un folio, que nos encanta el dibujo que ha hecho.
  • Elógiale también el esfuerzo y dedicación que haya puesto en conseguir algo aunque haya fracasado. De esta forma prestarás atención al proceso y no solo al logro. Además le ayudarás a que se sienta bien aunque no haya conseguido hacer algo. Por ejemplo: “me encanta cómo te has esforzado en traer tu plato a la cocina, no importa que se haya caído al suelo”.
  • Cuando elogies al niño préstale toda tu atención. No vale el elogiar al niño al mismo tiempo que se está escribiendo en el móvil, por ejemplo.
  • Acércate al niño. Ponte a su nivel, si es necesario arrodíllate o agáchate, así te asegurarás de que su atención está centrada en lo que estás diciendo y tú también estarás centrado en él.
  • Es importante que cuando hables con él y le estés elogiando, le mires a los ojos y expreses tu interés y agrado. La mirada es uno de los componentes del lenguaje no verbal que más rápido aprenden los niños. Mirarles es darles tu atención.
  • Sé concreto. Por ejemplo si el niño ha ordenado su habitación y sus juguetes, en vez de decirle simplemente “muy bien”, sé preciso y di “has recogido muy bien los juguetes guardándolos en el baúl”.
  • Evita mezclar las críticas con los elogios, las comparaciones o los consejos. “Esta tarde has ordenado mejor tus juguetes que ayer”, “muy bien, has ordenado mejor los juguetes que tu hermana”, “hoy has ordenado bien, pero mañana intenta hacerlo mejor. Mira que bien lo hace tu hermanito”. Estos falsos elogios no sirven.

Espero que os haya gustado y que os sirva de ayuda en vuestra aventura de educar a los niños.

Marta Llavona Serrano

Neuropsicóloga y Especialista en Atención temprana y a la tercera edad

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