Nuevo objetivo: dejar mi adicción

La Navidad es un periodo de excesos que van tocando a su fin con el año nuevo. De forma simbólica son muchas las personas que aprovechan el cambio de año para hacer “propósitos de año nuevo”. Uno de los temas estrella que llegan a nuestra consulta en esta época es la terapia por adicciones. Aquí vamos a revisar cuestiones clave a tener en cuenta en este proyecto anual:

 

En primer lugar, tener la idea de querer cesar el consumo es un paso hacia adelante. Evidentemente decidirlo no es logarlo pero acercarse  a la idea habla de que algo dentro de nosotros necesita un cambio.

Es importante entender que el consumo de sustancias psicoactivas, a efectos psicológicos, funciona como un estilo de afrontamiento. El consumo, cuando se ha establecido como una adicción, cumple un papel doble. Por un lado hacer frente al síndrome de abstinencia (síntomas que generan malestar físico y/o psicológico al cesar el consumo) y por el otro actuar como una válvula de escape de una situación personal que genera sufrimiento. Por todo lo anterior no basta con dejar de consumir además hay que aprender en terapia otras formas de hacer frente de forma más adaptativa a las dificultades que vamos a ir encontrando.

Consumir o dejar de consumir es en definitiva un historial de elecciones y tras la primera elección encaminada  a dejarlo, la clave es mantenerse firme y seguir eligiendo “NO”. Un aspecto que puede ayudarnos a mantenernos firmes es ir retirando de nuestro entorno todo aquello relacionado con el consumo. Los psicólogos nos referimos a esto como control estimular y va desde tirar la parafernalia del consumo (papel de liar, esnifadores…) hasta romper la relación con amistades que consuman. Aunque parezca fácil es especialmente complicado pero son pasos que nos encaminan a esa nueva versión de nosotros mismos que queremos construir.

Un aspecto clave es la motivación. Has pensado que quieres dejarlo, ahora la clave es materializar esa decisión: pasar de, los que los psicólogos llamamos contemplación, a la acción. Para ello pregúntate ¿por qué quiero dejar de consumir? y ¿para qué consumo?. Es fundamental que la respuesta se aproxime a “quiero dejarlo por mí”, no por mi pareja o porque me han detectado una enfermedad, esa motivación es débil y se puede caer, lo hago por mí, porque lo que veo cuando me miro no es lo que quiero ser. La segunda pregunta es aún más difícil de responder y la terapia ayuda a dar sentido a ese “para qué” a fin de dar con la función tan basal que satisface el consumo al punto de ser imprescindible. Para ayudarte puedes hacer una lista de pros y contras del consumo, revísala y si los beneficios de dejarlo superan a los de seguir consumiendo estas preparado para tomar la decisión de dejarlo.

Por último es útil hacer pública tu decisión de cambio. El entorno puede ser un potente sostén para mantenerse firme en esta decisión y necesitarás alguien cerca en quién apoyarte si las fuerzas fallan. La clave es hacer equipo con tu terapeuta y tu red de apoyo personal. Si quieres llegar rápido puedes ir sólo pero si quieres llegar lejos entonces hazlo acompañado.

Estamos hablando de un largo camino en el que a veces se tropieza, en el que en ocasiones hay que dar un paso hacia atrás para coger impulso pero piensa que cada intento, cada decisión de decir NO, te acerca a ese nuevo tú. Si te lanzas a esta aventura recuerda que es importante que cuentes con Tu psicólogo de confianza.

Roberto Castillejo Río

Psicólogo, psicooncólogo y psicoterapeuta de pareja y familia.

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