Operación «dieta»

Acabamos de dar la bienvenida al verano. Una de las señales inequívocas, además de unos cuantos grados más en los termómetros,  es la oleada de anuncios de dietas, ofertas de gimnasios y tratamientos para bajar peso. Un factor frecuentemente común de dichos anuncios es la promesa de que se conseguirá de forma rápida y con poco esfuerzo, ¿nos lo creemos?

 

En  la sociedad actual se debate mucho acerca de la inmediatez, el ritmo de vida que nos hace ir a lo rápido, a lo cómodo. Sabemos que esto tiene ventajas e inconvenientes. No neguemos que el ahorrar tiempo a veces es necesario, otras muchas cómodo. Pero la famosa “operación biquini” no es algo nuevo, no responde al incremento del ritmo social de los últimos años. Os animo a reflexionar sobre los riesgos de lo “exprés” cuando se trata de nuestro cuerpo, de nuestra salud.

Todos sabemos que para llevar una vida saludable es necesario hacer algo de ejercicio, huir del sedentarismo. También conocemos los beneficios de una dieta equilibrada, que no abuse de azucares y calorías. No es algo que descubramos cuando nos informamos o nos decidimos a adoptar medidas necesarias para bajar peso.

Vida saludable Dominguez Psicologos Madrid¿Por qué nos cuesta tanto adoptar buenos hábitos? El paso de instaurarlos puede no ser tan sencillo, normalmente hay que sustituirlos por otros. Los hábitos se convierten en algo que hacemos de forma automática. Según la RAE un hábito es: “Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas”. En la definición se intuye la disminución del esfuerzo por mantenerlo una vez que se logra instaurarlo.

En un artículo anterior hablaba de la resistencia al cambio. Creo que en lo que se refiere al cambio de hábitos tiene un peso importante. El paso de decidirse a cambiar un hábito puede generar ansiedad ante una nueva situación, y el mantener el cambio no tiene porqué ser más sencillo. La motivación, la perseverancia, la confianza, juegan un papel determinante en el proceso de cambio. Ahí es donde entramos en acción  los psicólogos, donde podemos trabajar para apoyar en el proceso de cambio. No todo el mundo que se decide a seguir una dieta o incorporar el ejercicio en su rutina necesita un psicólogo, pero si tener en cuenta el factor psicológico: la parte más emocional que suponen determinados cambios.

Querría destacar el papel social que juega la comida en nuestras vidas. El encuentro con amigos y familiares es frecuente que tenga como escenario una comida o cena. Puede que nos resulte incómoda la limitación que seguramente suponga una dieta en ese tipo de reuniones. También la ansiedad que nos puede suponer. En muchas ocasiones cuando estamos ansiosos comemos peor, hacemos menos selección de alimentos, picamos entre horas, ingerimos más deprisa… lo que no ayuda a unos hábitos saludables.

Todos  los factores que comento son muy generales, sería necesario plantearse de forma particular cómo nos afectan a cada uno de nosotros. La recomendación es buscar asesoramiento médico y psicológico para cuidar la salud física y psicológica, favoreciendo una adecuada autoestima y bienestar.

Cristina de la Rosa Tineo

Psicóloga. Psicodramatista

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