Obsesión por la comida

Comer es algo que los seres humanos necesitamos para subsistir. Cuando no comemos comenzamos a sufrir cambios en nuestro estado anímico, en nuestra energía vital y en nuestra manera de pensar y enfocar el mundo que nos rodea. Continúa leyendo este artículo y te mostraré cómo la comida puede convertirse en una auténtica pesadilla para algunas personas:

 

El ser humano es un mamífero omnívoro que necesita comer cada ocho horas para tener sus necesidades nutricionales cubiertas. Evolutivamente nos convertimos en cazadores recolectores para satisfacer esta necesidad y posteriormente comenzamos a cultivar nuestros alimentos y a criar nuestros propios animales para la subsistencia evitando así las costumbres nómadas. Pero da la impresión de que tras convertirnos en especie sedentaria nos ha llegado el “sedentarismo”, y con éste algunos problemas con la alimentación.

Es un hecho que en la actualidad no practicamos una alimentación de subsistencia y que podemos elegir entre una amplia oferta culinaria para cubrir nuestra necesidad de aporte calórico. Tan rodeados de excedente alimentario estamos que se nos ha olvidado lo que es saludable o nos hemos llegado a obsesionar con ello. El ritmo vital que mantenemos hace que en ocasiones acabemos relacionándonos de una forma incorrecta con la comida y le otorguemos una importancia que no tiene o dejemos de dársela por completo.

A nuestra consulta llegan pacientes adultos que de una forma u otra se dañan con su forma de alimentarse. Algunos se obsesionan con las calorías que ingieren, la calidad de las mismas, la procedencia, … otros calman momentáneamente su ansiedad con un atracón de alimentos que normalmente se autoprohiben para después llevados por la culpabilidad provocarse el vómito… y otros se quieren tan mal que les produce rechazo mirarse al espejo y se niegan a ingerir alimentos ya que culpan a la comida de no poder verse como desearían. En la base de todos ellos existen problemas más profundos y que van más allá de la propia conducta alimentaria.

La anorexia nerviosa consiste en la negativa a comer de forma voluntaria, generalmente por un rechazo y una distorsión de la propia imagen corporal. Estos pacientes pueden pasar largas horas a lo largo del día obsesionados con no comer llegando incluso a ingerir grandes cantidades de agua para tener sensación de saciedad, así como a hacer gran cantidad de ejercicio o a consumir laxantes para no retener líquidos y por lo tanto conseguir A TODA COSTA perder peso.

Los pacientes con bulimia  o con trastorno por atracón también presentan un rechazo de su aspecto físico y emplean mucha energía en reducir la cantidad de comida que ingieren y en prohibirse determinados alimentos hipercalóricos o hacer dietas estrictas. Tanta tensión acumulan en este proceso que ocasionalmente se dan grandes atracones, arrepintiéndose más tarde y provocándose el vómito por la culpabilidad producida por este descontrol.

Otro perfil de relación desadaptativa con la comida es el de la persona con ortorexia. Estos pacientes presentan una obsesión por “la comida sana”. Esto, que dentro de unos límites es positivo, deja de serlo cuando comienzan a restringir tanto la alimentación siguiendo reglas “supuestamente sanas” que llegan a autoprohibirse amplios grupos alimenticios importantes para el organismo y por tanto desnutriéndose.

Más allá de los trastornos mencionados anteriormente, existen perfiles de personas cuya relación con la comida no es satisfactoria. Emplean mucho tiempo en comenzar a hacer múltiples “dietas milagro” que abandonan antes o después sin adquirir hábitos más saludables de alimentación y ejercicio.

Cuando buscamos la causa de estos trastornos nos encontramos con un porcentaje de carga genética, otro porcentaje de pautas de crianza y adquisición de hábitos inadecuados en torno a la comida, y un alto porcentaje a la “gordofobia” que existe en nuestra sociedad actual en la que el culto al cuerpo no es sino una obsesión masiva.

En futuros artículos continuaré escribiendo sobre las enfermedades y trastornos que padecemos en torno a la alimentación. Si crees que padeces alguna de las anteriores enfermedades o que algún familiar o amigo puede padecerlas no dudes en consultar con Tu psicólogo de confianza.

Abel Domínguez Llort

Psicólogo. Director de Domínguez Psicólogos

www.dominguezpsicologosmadrid.com

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