La ansiedad es una respuesta del organismo consecuencia de la percepción de las exigencias del entorno como excesivas o de nuestros recursos como insuficientes. La ansiedad pasa a ser un problema por parámetros de frecuencia, intensidad y duración. Los niños también pueden experimentar ansiedad y además pueden tener dificultades para expresarla y manejarla. Continuad leyendo y os enseñaré una técnica para que se relajen:
Lo mejor, tanto en niños como en adultos, es prevenir la ansiedad. Para ello os vamos a explicar una técnica de relajación que os puede ser muy útil para practicar con vuestros hijos. Se llama la técnica de Koeppen. La clave es que lo enfoquemos como un juego, que participemos con nuestros hijos y sobre todo que lo hagamos de forma regular. Es una buena idea fijar un momento del día para llevarla a cabo, por ejemplo, al final del día, de esta forma podremos convertirlo en una rutina y además ayudamos a que se relajen y duerman mejor.
En esta técnica enseñamos a los niños a identificar cuándo su cuerpo está tenso y aprender a llevarlo hacia la relajación. De esta manera el menor conecta con sus sensaciones corporales y esto le puede ayudar a identificar sus emociones y aprender a autorregularlas. Es más fácil darse cuenta de que se está tenso que de que se está enfadado si aprendemos a conocer nuestro cuerpo también se ve beneficiado nuestro bienestar emocional.
Pasos de la técnica de Koeppen
Se trata de ir poniendo atención a distintos grupos musculares, tensando y destensándolos progresivamente mientras guiamos al niño con visualizaciones que hacen el ejercicio fácil y divertido.
- El juego del limón: manos y brazos (3 veces con cada mano).
Imagina que tienes un limón en tu mano derecha, tienes que tratar de exprimirlo para sacarle todo el jugo. Concéntrate en tu mano y en tu brazo y apriétalo con fuerza.
Ahora deja caer el limón. Nota cómo están tus músculos cuando se relajan…
Vamos a coger otro limón y a exprimirlo con más fuerza que antes. Ves que tensos están tu mano y tu brazo.
Ya está exprimido, ahora déjalo caer. Qué relajados están tus músculos. ¿A qué te sientes mejor?
Cogemos el último limón y lo exprimimos mucho más fuerte que antes. No dejes ni una gota.
Y lo sueltas. Tu mano y tu brazo estás muy relajados.
Lo repetimos todo con la mano izquierda.
- El gato perezoso: brazos y hombros (3 veces).
Ahora vamos a imaginarnos que somos un gato muy muy perezoso y queremos estirarnos…gato estirándose
Eres un gato perezoso. Estira todo lo que puedas los brazos frente a ti. Ahora levántalos, por encima de tu cabeza, con fuerza llévalos hacia atrás. Nota como se tensan los hombros.
Déjalos caer y nota como están más pesados.
El gato se quiere estirar otra vez. Estira muy fuerte los brazos como antes. Y ahora déjalos caer a los lados. ¡Qué relajados están tus brazos!
Por última vez el gato se estira más fuerte aun que antes. Y se relaja y dejamos caer los brazos. El gato está muy a gusto.
- La tortuga que se esconde: hombros y cuello (3 veces).
Ahora eres una tortuga sentada en una roca al sol. Cerca hay un arroyo y viene una brisa fresca.
Estas muy cómoda pero de pronto oyes un ruido fuerte. Rápido escóndete en tu caparazón. Sube los hombros hacia alas orejas y esconde la cabeza entre los hombros. Guarda silencio.
¡Ya ha pasado el peligro! Ya puedes salir de tu caparazón. Te puedes estirar otra vez y tomar el sol. Tus hombros y tu cuello de tortuga ahora están muy relajados.
En el siguiente artículo continuaremos con el ejercicio de relajación para el resto del cuerpo.