Ansiedad ¿cómo funciona?

Según la Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés: “la ansiedad es una emoción natural que comprende las reacciones que tienen los seres humanos ante la amenaza de un resultado negativo o incierto”.

 

Los síntomas de ansiedad más frecuentes son:

  1. Nivel cognitivo: preocupación, temor, inseguridad, dificultad para decidir, miedo, pensamientos negativos sobre uno mismo, pensamientos negativos sobre nuestra actuación ante los otros, temor a que se den cuenta de nuestras dificultades, temor a la pérdida del control, dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse, etc.
  2. Nivel fisiológico: sudoración, tensión muscular, palpitaciones, taquicardia, temblor, molestias en el estómago, otras molestias gástricas, dificultades respiratorias, sequedad de boca, dificultades para tragar, dolores de cabeza, mareo, náuseas, molestias en el estómago, tiritar, etc.
  1. Nivel motor: evitación de situaciones temidas, fumar, comer o beber en exceso, intranquilidad motora (movimientos repetitivos, rascarse, tocarse, etc.), ir de un lado para otro sin una finalidad concreta, tartamudear, llorar, quedarse paralizado, etc.

Como dice en la definición, la ansiedad es una reacción natural, normal. Pero, ¿qué pasa si la ansiedad es muy frecuente o muy intensa? Estaríamos hablando de una ansiedad patológica que conviene combatir.

Cierto nivel de ansiedad nos mantiene alerta, es beneficiosa para nuestro funcionamiento y rendimiento. Cuando la ansiedad es muy intensa es cuando nuestro funcionamiento se ve afectado de forma negativa, al igual que si tenemos muy frecuentemente síntomas de ansiedad. La respuesta de ansiedad pone en marcha a nuestro organismo y consume recursos, puede llegar a ser muy exigente y cansado.

Respuestas ante la ansiedad:

  • Bloqueo
  • Huida
  • Ataque

¿Reconoces cual sería tu estilo de respuesta ante la ansiedad?

A grandes rasgos éstas son las tres respuestas ante la ansiedad. Son respuestas muy primitivas. Hay que tener en cuenta que los estímulos que hacen que nuestra ansiedad se dispare son potencialmente peligrosos. Esto se explicaría muy bien si habláramos de un depredador que viene hacia nosotros para atacarnos. La respuesta de ansiedad nos ayudaría a permanecer quietos para pasar inadvertidos, correr para que no nos alcance o atacarle para ganar en la lucha y salir airosos. El problema es que hoy en día los estímulos que analizamos como amenazas son distintos a los depredadores. Las respuesta de ansiedad se aprenden y condicionan, si no ¿por qué cada persona teme unas cosas? Interpretamos o condicionamos determinadas situaciones, objetos, personas como dañinos y eso hace que nuestro sistema responda con síntomas de ansiedad, que nos alarman para que ante la amenaza nos pongamos en marcha.

Formas de combatir la ansiedad:

En anteriores artículos se ha hablado de la respiración diafragmática “La respiración diafragmática parte 1” y “la respiración diafragmática 2” y de técnicas concretas para que los niños aborden sus síntomas de “ansiedad de separación” . Os animo a leer estos artículos publicados por compañeros que espero os sean de utilidad. Asistir a la consulta de un profesional cuando por uno mismo no se logra combatir el malestar es la recomendación desde Domínguez Psicólogos.

Cristina de la Rosa Tineo

Psicóloga. Psicodramatista

www.dominguezpsicologosmadrid.com